La religión

Varios lectores me han llamado la atención sobre el hecho de que en mis novelas fantásticas el elemento religioso es nulo o casi inexistente. Es cierto. No me he querido adentrar a fondo en las creencias de los vikingos ni en su rica mitología. Tan solo he mencionado o tocado algunos aspectos elementales que me permitieran ilustrar la historia, evitando emplear los nombres escandinavos cuando no había referencias concretas a dioses con nombre propio. Así, por ejemplo, no utilizo el término Valhalla ni similar, sino “morada de los dioses”.

De todos modos, me documenté un poco sobre la mitología vikinga, su panteón de dioses, sus leyendas y sus creencias. La Wikipedia proporciona una información general clara y bastante completa: http://es.wikipedia.org/wiki/Mitolog%C3%ADa_n%C3%B3rdica

Como otros pueblos indoeuropeos los vikingos creían en un mundo sobrenatural, una esfera superior donde habitan los dioses. El Valhalla, o morada de los dioses, era una especie de “cielo” a donde solo iban a parar los héroes. Los que no llegaban a esa categoría, y las mujeres, y los niños que morían… ¿a dónde iban? Al igual que los griegos y los romanos, también los vikingos creían en un lugar después de la muerte a donde iban a parar las almas. Un lugar lóbrego y triste, el Nilfheim. La gloria del Valhalla solo estaba reservada para los guerreros que cosechaban grandes hazañas.

Pero la cosmología vikinga es muy compleja: existen nueve mundos sostenidos por un gran árbol, el Yggdrasil. El mundo superior es el Asgard, donde habitan los dioses; el mundo o Tierra Media es Midgard, donde habitan los humanos. Hay otros mundos, de tierra, fuego o tinieblas donde habitan los elfos, los gigantes y otros seres sobrenaturales.

Odín es el rey de los dioses y cabeza de su panteón, dios de la vida y la muerte, la sabiduría y las artes. Thor es un dios asociado a la agricultura y a las fuerzas de la naturaleza ―el trueno, la lluvia, la fertilidad de los campos―, y era muy popular entre la gente, y quizás el más venerado. Esgrimía su enorme martillo y era invencible en combate. Los guerreros solían llevar amuletos o medallones en forma de martillo de Thor para tener buena suerte en la guerra.

La diosa Frigg es la diosa de la maternidad y el hogar. Freya es la diosa del amor y de la guerra. Balder es el hijo de Odín, amado entre los dioses. Loki es el dios enredador y pendenciero, que provoca conflictos y muertes.  Las valkirias son diosas de la guerra y del destino, que sobrevuelan los campos de batalla para llevarse los espíritus de los valientes caídos en combate. Las nornas son similares a las parcas griegas, diosas que tejen el destino inexorable de los humanos. También se creía en la existencia de otros monstruos, como Fenrir, el lobo gigante, dragones y serpientes.

Los vikingos carecían de templos; veneraban a los dioses en espacios públicos o en lugares sagrados, ya fueran un valle, un prado, una arboleda, la orilla de un río o la cima de una colina. A menudo erigían en estos lugares estelas en piedra con relieves figurativos y runas a las que atribuían poderes mágicos.

Una característica especial de los dioses vikingos es que no eran eternamente inmortales. De hecho, se creía que llegaría un día en que todos morirían en una batalla final contra sus enemigos, el llamado Ragnarok. El orden divino sería derrotado por el caos y todos perecerían. Pero quedarían algunos supervivientes y de esta destrucción surgiría un mundo y un orden nuevo. Esta creencia la menciono de forma un poco libre en uno de los capítulos de la novela.

La religiosidad popular estaba vinculada con la magia. El chamanismo era ejercido a menudo por mujeres como el personaje de Birna, las llamadas volvas, que eran adivinas, curanderas y hechiceras al mismo tiempo.

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